En 1747 J.S. Bach compuso la ‘Ofrenda musical‘ y en concreto, el denominado ‘Canon del cangrejo‘, una pieza increíble de apenas unos compases que acaba donde empieza y puede ser interpretada en ambas direcciones y, además, superponerse, creando un acompañamiento y un conjunto armónico-melódico sin fin.
Un siglo despues, en 1858 sus compatriotas, los matemáticos August Ferdinand Möbius y Johann Benedict Listing, descubrieron la cinta de Möbius, aquella que no tiene fín.